Puede que con esta operación se te presenten varios temores: golpearte el dedo con el martillo, clavar el clavo torcido, torcer el clavo al golpearlo, etc. No sufras porque con nuestra ayuda esta operación te va a resultar muy sencilla. Sólo tienes que saber ciertas nociones sobre esta técnica. Y te las voy a presentar a continuación.
Lo primero que tienes que saber es que debes utilizar un martillo de proporciones adecuadas. Un martillo muy pesado es el principal responsable de que la punta o la cabeza del clavo se tuerzan ya que la fuerza del martillo es mayor que la que puede aguantar el clavo.
Al contrario, un martillo demasiado ligero, tampoco es óptimo porque tendremos que golpear más veces y con mayor fuerza para lograr el objetivo.
Lo ideal es que si los clavos que estamos utilizando tienen un tamaño estándar utilicemos un martillo de tamaño medio. Los clavos utilízalos de cabeza plana o alargada.
Pasemos a la operación de clavar. Lo primero es señalar el lugar en el que vamos a clavar con un ligero martillazo en la cabeza del clavo. Sostén el clavo por debajo de su cabeza con los dedos de una mano. Sujeta el martillo por el extremo, cerca del final del mango, para que éste pueda balancearse. Golpea de forma plana, de una forma muy vertical al clavo para que este no se nos tuerza ni se nos doble.
Una vez la muesca hecha, clavaremos el clavo poco a poco con ligeros martillazos para que éste se vaya colocando correctamente. Estos primeros golpes son importantes porque determinarán la correcta colocación del clavo.
Una vez pienses que el calvo está perfectamente introducido, golpea con firmeza para terminar de clavarlo. En estos golpes es importante sujetar con fuerza el extremo del mango del martillo. Haz los golpeos de una forma totalmente vertical y plana para no dañar la madera (sobre todo en el último golpeo).
Atornillar y desentornillar
Para ambas operaciones lo esencial es que la punta del destornillador se adapte perfectamente a la cabeza del tornillo, tanto en tipo cómo en tamaño. Puede que este comentario te parezca elemental, pero muchas veces se intentan hacer inventos y lo que único que conseguimos es degradar la hendidura de la cabeza del tornillo.
Muchas veces pensamos que podemos utilizar un destornillador de punta plana en un tornillo de cabeza cruciforme, pero lo único que conseguimos es dañar la cabeza del tornillo y aumentar las posibilidades de luego no poder usarlo.
Para atornillar introduce la cabeza del destornillador en la hendidura de una forma totalmente vertical al eje del tornillo y gíralo en dirección a las agujas del reloj. Para destornillar giraremos en el sentido contrario a las agujas del reloj.
Antes de realizar esta operación es importante marcar muy bien la línea de corte. El trazo marcado debe ser muy preciso pero no de una forma muy gruesa. Lo mejor es realizarlo a lápiz. Para que la línea que traces sea recta y paralela guíate por una regla y una escuadra.
Para trabajos en madera existe una herramienta, el gramil, que puede serte muy útil. Este instrumento posee una punta seca que muerde la madera y nos ayuda con la primera guía para el serrucho. Si somos inexpertos podemos usar una cuña de madera dura para el comienzo del corte.
Así podremos seguir su trazado. Una vez iniciado el corte ya quitaremos la cuña.
La pieza que vayas a serrar debe estar perfectamente inmovilizada. Utiliza un torno o una prensa para tal fin, sobre todo cuando seas inexperto. Cuidado con no marcar la pieza en esta operación. Lo aconsejable es poner unas planchas de madera o cartón duro en las tenazas y así evitar la presión directa sobre el trozo que vayamos a cortar.
Aunque parezca lo necesario, nunca debemos serrar imprimiendo mucha fuerza. Esto hará que la sierra se bloquee. La forma de serrar debe ser suelta y relajada. La técnica es apoyar en el momento de empujar (separar la sierra de nosotros) y soltar presión en el momento de recoger (traerla hacia nosotros).
Taladrar
La técnica para taladrar dependerá de la superficie que vayamos a perforar:
Taladrar en madera se hace con la barrena o el berbiquí, dependiendo del tipo de madera. Si la madera es blanda o semidura se utilizará la barrena. Si en cambio la madera es dura se utilizará el berbiquí.
Si intentamos taladrar materiales duros cómo cerámica, mármol o gres debemos utilizar un taladro con una velocidad de giro muy lenta con brocas especiales para piedra. Para el metal utilizaremos el mismo tipo de taladro, pero aquí es importante verter paulatinamente gotas de aceite o petróleo para que la broca no se destemple por el recalentamiento.
Para taladrar una pared (para colgar un cuadro, estanterías, etc.) lo primero que debemos hacer es identificar el tipo de pared para saber el tipo de brocha que necesitaremos. Las paredes de yeso necesitan una broca más dura que las paredes de pladur, por ejemplo.