Las puertas correderas son una gran alternativa para la mayoría de hogares, garajes y centros de trabajo, ya que cuentan con grandes funcionalidades y cómodos usos. A continuación te contamos cómo montar una puerta corredera. Sigue leyendo para conocer esta completa guía práctica sobre el montaje de una puerta corredera.

Cómo montar una puerta corredera

A la hora de montar una puerta corredera debemos diferenciar entre las decorativas y las encastrables. Para montar una puerta corredera decorativa necesitaremos destornilladores, un taladro, tacos, tornillos, un nivel láser y un metro, además de un lápiz para hacer las marcas.

En primer lugar tendremos que escoger el tipo de guía que mejor se adapte al espacio en que vayamos a ubicar la puerta. Después podremos elegir el modelo y color de la puerta y el tipo de tirador.

Utilizando el nivel láser tendremos que marcar en la pared dónde vamos a ubicar la guía. Cuando marquemos la altura y los agujeros del taladro podemos fijar la guía a la pared usando los tacos y los tornillos.

Cuando ya tengamos la guía podremos ubicar los agarres de la puerta. Después tenemos que añadir la guía de suelo, a la derecha o a la izquierda, según la apertura de la puerta. A continuación procederemos a colgar la puerta sobre la guía y apretar después los tornillos de seguridad para que la puerta no caiga por accidente. Cuando ya hayamos puesto la puerta tendremos que instalar el tirador a la altura deseada.

Por otro lado, las puestas correderas encastrables son algo más complicadas de instalar, y es por este motivo que siempre es mejor que las instale un experto. Ahora bien, si prefieres hacerlo por ti mismo tendrás que revisar si tienes hueco disponible en la puerta si tienes tabique. Cuando tengas esto claro podrás elegir el tipo de guía encastrable (de ladrillo, para encalar, etc.). El siguiente paso será preparar el armazón y fijarlo en el hueco pensado para la puerta. A continuación deberás escoger el modelo de puerta que prefieras, así como un pack tapajuntas y un kit para la puerta corredera.

Cuando lo tengas claro podrás mecanizar la puerta usando los soportes de guía que vienen con la puerta. Después deberás instalar el premarco y la guía encastrable, así como el kit de guía corredera. A continuación llega el momento de ubicar los tapajuntas y el uñero que hayas escogido y podrás empezar a disfrutar de la puerta corredera.

Si consideras que no puedes instalar una puerta corredera encastrable por ti mismo/a los expertos de Metalblinds.es pueden ayudarte y ofrecerte además soluciones interesantes para automatizar tus puertas correderas y convertirlas de esta forma en soluciones mucho más eficientes y cómodas para tu hogar, tu oficina o tu negocio.

Cómo convertir puerta en corredera

Para convertir una puerta en corredera tienes varias opciones. Puedes seleccionar una puerta con guías exteriores o una puerta encastrada. Las encastradas te permiten esconder la hoja en el tabique cuando permanecen abiertas mientras que las que cuentan con guías exteriores incluyen hojas que se deslizan hacia la pared y quedan a vistas.

Del mismo modo, la instalación de las puertas exteriores es bastante sencilla y asequible en comparación con las puertas corredoras encastrables, pero resulta fundamental contar con bastante espacio para poder deslizar la puerta cuando esté abierta.

Para convertir la puerta en corredera tendrás que quitar la puerta y el marco, así como el resbalón y las bisagras del marco. Como la hoja no cubrirá el hueco del todo tendrás que hacer más pequeño este espacio. Para ello debes fijar listones en este espacio usando adhesivo resistente.

A continuación tendrás que arreglar la puerta retirando el tirador y las bisagras y rellenando los huecos con masilla. Si lo necesitas, después de arreglar la puerta puedes pintarla para que quede perfecta.

El siguiente paso será cambiar la manilla por una pensada para puertas correderas, con el diseño que más te guste de entre las diferentes opciones disponibles en el mercado.

Después llega el momento de instalar los rodamientos que permitirán a la puerta deslizarse. Estos rodamientos se fijarán con tornillos en el canto superior de la puerta. Finalmente tendremos que colocar la barra o la guía superior, la pieza que suspenderá y sujetará la puerta corredera, que habrá que fijar con tornillos o con tacos a la pared y nivelar a la perfección.

Problemas puertas correderas y cómo evitarlos

Entre los problemas más comunes de las puertas correderas encontramos que, al darles un uso intensivo es bastante común que algunas de sus piezas o componentes terminen desgastándose en exceso y rompiéndose con el paso del tiempo. Para prevenir este problema los expertos recomiendan realizar revisiones periódicas de las puertas correderas, a fin de mantenerlas en perfectas condiciones durante el máximo tiempo posible.

Por otro lado, uno de los problemas más típicos de las puertas correderas es que tienden a acumular suciedad en espacios concretos. De este modo, el remedio para prevenir este problema es el mismo que en el punto anterior: realizar limpiezas regulares de las puertas correderas para conseguir mantenerlas en el mejor estado posible de limpieza durante mucho más tiempo.

Además, los expertos también explican que las puertas correderas metálicas tienden a oxidarse bastante a menudo. Para prevenir este problema los profesionales recomiendan solucionar los problemas de óxido, por pequeños que sean, en cuanto los detectemos. Si dejamos pasar el tiempo y éstos se extienden, es probable que nos toque cambiar toda la puerta corredera más pronto de lo que pensábamos. Para tratar este tipo de problemas es necesario lijar la zona oxidada hasta eliminar completamente el óxido. El siguiente paso será tratar toda la puerta con anti óxido y utilizar una pintura con esmalte sintético.