El universo de la pintura decorativa es enorme. Existen diversas técnicas de pintura y hoy vamos a hablar de dos de ellas: la técnica de peinado y la de esponjado.
Estas dos técnicas que vamos a ver hoy no son complicadas de aplicar, aunque requieren de cierta pericia. Pero el resultado es espectacular, ya lo comprobaréis.
Técnica de peinado
La técnica del peinado consiste básicamente en crear un efecto de rayado sobre la pared. Para ello deberemos tener unos peines especiales, de vetas de goma. Por supuesto el grosor de la veta y la separación entre las mismas dependerá del peine que utilicemos.
Es importante que primero demos una capa de pintura base y cuando está esté seca, otra capa de pintura a juego con la anterior. Así al pasar el peine y crear las vetas, éstas dejarán ver la pintura de fondo contrastando con la pintura frontal.
Debemos conocer previamente el sentido que le queremos dar a las vetas. Podemos hacerlo en vertical, en horizontal, con ondulaciones o, incluso, en forma de zigzag.
No es una técnica difícil, pero es importante primero hacer pruebas previas para saber la dirección que deseamos de las vetas pues eso nos ayudará a conseguir el resultado deseado.
Técnica de esponjado
Tampoco se trata de una técnica complicada. De hecho es algo más sencilla que la técnica anterior, la de peinado. Esta técnica requiere cómo la anterior que primero le apliquemos una base de pintura. Pero la forma de pintar puede hacerse de dos maneras.
La primera sería mojando la esponja directamente sobre la pintura que queramos utilizar (una pintura que vaya a juego con la de base) y aplicarla directamente en la pared. La segunda sería aplicando a la pared que tiene la base de pintura otra pintura de otro color a juego y sin dejar secar esta segunda capa de pintura, arrancársela con la esponja.
Aunque es una técnica sencilla debes tener cuidado con la intensidad y la cantidad de esponjadas que des porque un exceso o un defecto de ellas en alguna zona de la pared puede quedar muy mal. La aplicación debe ser uniforme.