¿Tienes un pequeño terreno y no sabes qué hacer con él? ¿Te da lástima venderlo por su valor sentimental o recuerdos? No te preocupes, si tu idea es hacer algo con él, aunque no hayas decidido exactamente el qué, este artículo te será de gran utilidad ya que en él te ofrecemos una serie de recomendaciones que puedes utilizar para darle un buen uso a tu terreno y que este no quede en el abandono.
Aunque, seguramente ya seas consciente de ello, nunca está de más recordarlo ya que a nadie le gusta ser multado y tener que pagar una cantidad de dinero por amor al arte. Debemos adecuarnos a lo que dicta la normativa, comprobar para qué usos podemos utilizar nuestro terreno y, a partir de ahí, tomar la iniciativa para comenzar con las actuaciones o modificaciones de terreno. Es definitiva, tener los permisos y los papeles en regla.
En algunos países hay normativas que nos impiden llevar a cabo determinadas actuaciones, por ejemplo, en aquellos terrenos que se encuentran muy cercanos a la playa. La ley de protección de costas es un claro ejemplo de ello. Lo mismo ocurre con los terrenos ubicados en parajes o espacios protegidos, en donde, por regla general, no está permitida la edificación por el impacto visual y medioambiental que puede suponer.
Si tu sueño siempre ha sido diseñarte una vivienda a tu gusto y dispones de los medios necesarios para hacerlo, esta es tu oportunidad. Aprovecha que tienes un terreno o adquiere uno de los terrenos en venta en Distrito Federal y lánzate a por tu sueño. No te conformes con comprar la casa de tus sueños y diséñala tú mismo con la ayuda de un arquitecto y, al mismo, tiempo aprovecha el espacio del que ya dispones para hacerlo.
El tamaño de la casa es algo muy personal, esto ya depende de la cantidad de dinero que vayamos a gastarnos o de cuántas personas vayan a residir en ella, así cmo del tamaño del terreno. Por norma general, para que los cimientos queden bien estables y el espacio no se quede excesivamente reducido, el tamaño mínimo de la superficie debe contar con unos 60 o 70 m2.
Si eres un manitas y vas a ser tú quien construya la vivienda, no te olvides tener en cuenta la profundidad del solar, la distribución de la casa, por dónde entrará la luz del sol… y todos los requisitos que sean necesarios.
Quizá tu sueño siempre ha sido tener tu propio huerto o campo y alimentarte con la cosecha propia. Si este es el caso, aprovecha tu terreno para adaptarlo al campo y plantar todo tipo de vegetales o árboles frutales. Eso sí, antes de comenzar, ten en cuenta el clima del lugar ya que no todas las plantas se adaptan igual. Algunos cultivos que se adaptan bien al frío son la uva, la frambuesa, el durazno, la pera, el tomate de árbol, la papa, la zanahoria, los rábanos, la lechuga, el brócoli o la cebolla, entre otros.
Hoy en día, debido a la saturación de coches, resulta prácticamente imposible encontrar un lugar donde aparcar. A veces, para estacionarnos cerca de nuestro lugar de trabajo o de nuestra vivienda tardamos, incluso, más que si utilizáramos el transporte público. Lo cierto es que la gran mayoría de las unidades familiares de clase media suelen tener de uno a dos coches. Con tanto vehículo en circulación resulta muy complicado encontrar un lugar donde estacionarnos. Por ello, si tu terreno es urbanizable y se encuentra cerca de tu vivienda o del lugar de trabajo, una muy buena solución sería la de construir un garaje. Además, este siempre aportará un valor añadido a nuestro terreno. Así que, llegado el momento, cuando nos jubilemos o decidamos vender el aparcamiento, podremos pedir una elevada cuantía de dinero por él.
Además, mientras tanto habremos aprovechado nuestro terreno para tener nuestro vehículo seguro. Protegido contra golpes o robos.