El mantenimiento de la piscina implica, a su vez, un mantenimiento de los sistemas de depuración, porque solo así vamos a conseguir que el agua esté en óptimas condiciones para poder disfrutar de un baño agradable y seguro, como bien saben en piscinasathena.com. Por eso, hay que prestar especial atención a los cloradores salinos y asegurarse de que estén en buen estado.
Los cloradores salinos son dispositivos utilizados para la producción de cloro a partir de sal común (cloruro de sodio). En lugar de utilizar tabletas o líquidos de cloro para mantener la calidad del agua en una piscina o spa, el clorador salino utiliza una celda electrolítica para producir cloro de una manera constante y segura.
El proceso de producción de cloro mediante un clorador salino es relativamente simple. Primero, se añade sal al agua de la piscina o spa. La cantidad de sal necesaria depende del tamaño del vaso, pero generalmente se utilizan alrededor de 3.000 partes por millón (ppm) de sal.
Luego, el agua salada se dirige a la celda electrolítica del clorador salino, donde se produce la reacción química que convierte el cloruro de sodio en cloro gaseoso. La celda electrolítica está compuesta por dos placas de metal (generalmente titanio) separadas por una membrana dieléctrica. Cuando se aplica una corriente eléctrica a la celda, los iones de cloruro (Cl-) y sodio (Na+) se separan y se convierten en cloro gaseoso (Cl2) y gas hidrógeno (H2).
El cloro producido en la celda electrolítica se disuelve en el agua de la piscina o spa y se convierte en ácido hipocloroso (HClO), el cual es el desinfectante activo que mata las bacterias y virus en el agua. Después de que el ácido hipocloroso ha hecho su trabajo, se convierte en cloruro de sodio y se vuelve a utilizar en el proceso de producción de cloro.
Una de las ventajas de los cloradores salinos es que no producen los subproductos químicos no deseados que se encuentran en los productos de cloro tradicionales. Estos subproductos pueden ser irritantes para la piel y los ojos de las personas que nadan en la piscina, y también pueden dañar la superficie y los accesorios del baño a largo plazo (colchonetas, flotadores, gafas de buceo, gorros, etc.).
Otra ventaja de los cloradores salinos es que producen una cantidad constante de cloro en todo momento, lo que significa que no hay que preocuparse por añadir manualmente tabletas o líquidos de cloro a la piscina o spa. Además, son muy fáciles de mantener, ya que sólo requieren que se revise y se limpie periódicamente la celda electrolítica para asegurarse de que esté en buenas condiciones de funcionamiento.
A pesar de sus ventajas, los cloradores salinos también tienen algunas limitaciones. Uno de los mayores inconvenientes es que pueden ser costosos de instalar, especialmente si se considera el costo de la sal y la electricidad necesarias para operar el dispositivo. También pueden requerir una mayor inversión inicial en comparación con los productos de cloro tradicionales. Aunque las ventajas obtenidas superan a estos inconvenientes.
Además, los cloradores salinos no son adecuados para todas las piscinas o spas. Si el agua tiene un alto contenido de calcio o minerales, esto puede hacer que la celda electrolítica se bloquee y reduzca la eficacia del clorador salino.
Es el componente principal del clorador salino. Esta célula contiene electrodos de titanio recubiertos de una capa de dióxido de rutenio y de iridio, que se encargan de descomponer la sal en el agua para producir cloro.
El controlador es el dispositivo que controla el clorador salino y su funcionamiento. Permite ajustar el nivel de cloro producido y monitorear los niveles de sal y pH del agua.
Es el sensor que mide los niveles de sal en el agua de la piscina para asegurarse de que haya suficiente sal para producir cloro.
El sensor de pH mide los niveles de pH del agua y envía una señal al controlador para ajustar el nivel de producción de cloro en consecuencia.
La válvula de control se utiliza para ajustar el flujo de agua a través del clorador salino y asegurar que la cantidad correcta de cloro se produzca para mantener la calidad del agua.
Las conexiones eléctricas se utilizan para conectar el clorador salino a la fuente de alimentación eléctrica y permitir que el controlador y los sensores funcionen correctamente.
Los cloradores salinos son una excelente opción para mantener una piscina limpia y libre de gérmenes. Como hemos visto, estos dispositivos utilizan una técnica llamada electrólisis de sal para producir cloro a partir de la sal que se agrega al agua de la piscina.
Aunque son una tecnología relativamente nueva, su popularidad ha aumentado significativamente en los últimos años debido a su eficacia y facilidad de uso.
En líneas generales requieren muy poco mantenimiento, pero es importante seguir algunas pautas para garantizar un funcionamiento óptimo y una vida útil prolongada del dispositivo.
En primer lugar, es importante seguir las instrucciones del fabricante para instalar el clorador salino. El dispositivo debe instalarse correctamente para garantizar su correcto funcionamiento y seguridad. En la mayoría de los casos, es mejor contratar a un profesional para la instalación, porque requiere trabajar con electricidad.
Es esencial verificar regularmente la concentración de sal en el agua de la piscina. Si la concentración de sal es demasiado baja, el clorador no producirá suficiente cloro, lo que puede provocar problemas de higiene en la piscina. Por otro lado, si la concentración de sal es demasiado alta, el clorador puede sufrir daños. La concentración óptima de sal para un clorador salino es de alrededor de 3.000 partes por millón (ppm). Para medir la concentración de sal se puede utilizar un medidor específico, a la venta en establecimientos especializados.
Otro aspecto importante del mantenimiento del clorador salino es el monitoreo del nivel de pH del agua de la piscina. El nivel de pH debe mantenerse dentro del rango recomendado de 7.2 a 7.8. Si el pH es demasiado alto o demasiado bajo, el cloro producido por el clorador salino puede volverse ineficaz. Si el nivel de pH es demasiado alto, se puede agregar ácido muriático para bajarlo. Si el nivel de pH es demasiado bajo, entonces se puede agregar bicarbonato de sodio para subirlo. A fin de conocer el nivel de pH del agua, se puede utilizar un sencillo kit y obtener los resultados en segundos.
Además, es importante limpiar regularmente el electrodo del clorador salino para garantizar su eficacia. El electrodo es la parte del clorador que convierte la sal en cloro. Con el tiempo, pueden acumularse suciedad y depósitos en el electrodo, lo que puede reducir su eficacia. Esta pieza se puede limpiar sumergiéndolo en una solución de ácido muriático diluido durante unos minutos y luego enjuagarlo con agua limpia.
Finalmente, es importante verificar el estado general del clorador salino. Verifica los cables y las conexiones eléctricas para asegurarte de que estén en buen estado y no estén dañados. Si encuentras algún daño, repáralo inmediatamente para evitar problemas de seguridad.