Seguimos hablando de la influencia de los colores en las habitaciones y de los tonos apropiados dependiendo del tipo de habitación que sea.
Hoy veremos los colores ideales para una habitación de bebés, para la habitación de un adolescente, e igualmente veremos ideas para animar una habitación demasiado oscura o restar luz a una demasiado iluminada a través del color.
Colores para la habitación de un bebé
El universo de un bebé debe ser dulce y pausado. Así que para crear una habitación de estas características lo ideal es decantarse por tonos neutros con ligeros toques de azul. Igualmente puedes decantarte por darle pinceladas de tonos lilas para animar el ambiente.
Recuerda que los colores pueden influir en el sueño, y los tonos neutros son ideales para conciliarlo en paz.
Colores para la habitación de un adolescente
En este tipo de habitaciones de jóvenes que están en constante evolución, lo ideal es inyectar color y fantasía. Una buena combinación es usar tonos anaranjados para el ambiente global y combinarlo con accesorios en rosas, fucsias o blancos.
Igualmente podemos optar por una asociación de tres colores fuertes: el amarillo, el rojo y el verde. El amarillo puede ir para las paredes, mientras que el rojo o el verde pueden utilizarse en pinceladas en accesorios o mobiliario.
Colores para una habitación oscura
Para darle luminosidad a una habitación lo ideal es optar por el color blanco o un tono muy claro. En este tipo de habitaciones debemos optar por pintar tanto paredes como techos con la misma tonalidad. Ésta ayudará a multiplicar la poca luz que reciba la estancia.
Si la habitación tiene ventana, un truco muy apropiado es colocar un espejo justo enfrente de ella. La luz rebotará en él y se repartirá por la habitación. Utiliza estos tonos claros para cualquier complemento decorativo: cortinas, ropa de cama, etc.
Colores para una habitación iluminada
Siempre hemos hablado que la luz natural es beneficiosa para una habitación, pero un exceso puede ser contraproducente. Lo ideal en estos ambientes tan iluminados es mitigar un poco la luz que recibe del exterior. ¿Cómo? Evidentemente lo primero que haremos es colocar en las ventanas cortinas o estores que reduzcan la cantidad de luz.
Pero para las paredes optaremos por tonos suaves como el azul o el verde claro. Estos tonos tienen propiedades relajantes que hará que el exceso de luz no avasalle.