El suelo vinílico tiene dos puntos super interesantes. En primer lugar, podemos encontrar una amplia variedad de diseños entre los que elegir. En segundo lugar, podemos realizar la instalación nosotros mismos si así lo deseamos. Eso quiere decir que es un tipo de suelo que cada vez tiene más demanda.
Antes de ponernos manos a la obra lo primero que tenemos que hacer es adquirir un suelo vinílico que se adapte a lo que estamos buscando. Si todavía no tienes decidido cuál adquirir, te recomiendo visitar el catálogo de suelos vinílicos autoadhesivos de Briconeo. En este catálogo podrás encontrar una gran cantidad de opciones divididas en diferentes categorías. Así te será mucho más fácil encontrar el tipo de suelo que realmente se adapte a lo que estás buscando.
Como podrás comprobar, hay diseños para todo tipo de gustos. Eso sí, no te debes centrar únicamente en el diseño, también deberás fijarte que la versión sea premium o de buena calidad para tener la certeza de que la instalación será sencilla y duradera. Lo que está claro es que una buena decisión hará que la experiencia a medio y largo plazo sea satisfactoria.
Cuando tengas en tu poder el suelo vinílico que vas a instalar será el momento de realizar los siguientes pasos. Así podrás tener la certeza de que el resultado será realmente bueno.
No cometas el error de lanzarte a instalar el suelo vinílico rápidamente porque el resultado no será bueno.
Antes de ponerte manos a la obra tendrás que preparar el suelo. Y una de las cosas que tendrás que tener en cuenta es que el suelo esté bien nivelado. Si no hay una buena nivelación el nuevo suelo no te va a quedar bien.
Si notas que no está bien nivelado, puede ser una buena opción aplicar una capa de mortero autonivelante. Posteriormente tendrás que añadir una imprimación cuando esté seco. El objetivo de la misma es conseguir que el suelo se pueda unir fácilmente.
Ahora llegamos a un momento importante, la instalación del suelo. A la hora de colocar las baldosas o lamas no hay que hacerlo nunca por el centro. Siempre tenemos que empezar por una zona adecuada.
Los expertos siempre recomiendan comenzar desde una esquina que cuente con un ángulo de 90º y desde la misma ir añadiendo las baldosas para conseguir cubrir toda la zona de manera completa.
Algunas personas comienzan desde el centro trazando dos líneas perpendiculares en ángulo recto. Pero esta opción no te la recomiendo tanto porque es más complicada y puede que el suelo no quede todo lo bien que se espera.
Instalar el suelo es realmente fácil porque cuenta con el sistema autoadhesivo. Eso significa que no tenemos que hacer ningún tipo de obra, por lo que le vamos a sacar mucho partido.
Para realizar la instalación solo tenemos que retirar el papel que protege la zona adhesiva y colocarla en el lugar indicado. Hay que realizar la colocación con calma. El objetivo es tener la certeza de que la instalación nos va a quedar bien y en consecuencia le vamos a poder sacar el máximo partido. Es un proceso muy sencillo y entretenido. Seguro que cuando comiences a pegar las piezas te gustará.
Y cuando llegues a las paredes te darás cuenta de que no siempre la balda encaja. En ese caso lo que tendrás que hacer es cortar con la ayuda de un cúter. Los profesionales usan guillotinas, pero para cortes sencillos con la ayuda del cúter será más que suficiente. Eso sí, intenta cortar lo más recto posible para que el resultado final sea el que buscamos. Para conseguir un corte perfecto, ayudarte de una regla puede ser muy interesante.
Tras elegir el punto de partida siempre deberás seguir en línea recta y siguiendo un ritmo. No cometas el error de poner una balda en un sitio y luego otra en otro. Si lo haces podrás darte cuenta de que el resultado final no será el adecuado y eso no nos interesa.
Teniendo en cuenta una línea trazada, será el momento de seguir con el resto de las piezas. Tras colocarla y asegurarte que está bien posicionada, será el momento de quitar el protector y presionar ligeramente. Verás como la baldosa se pega rápidamente al suelo. Cuando una esté bien unida al suelo será el momento de pasar a la siguiente. Recuerda, asegurarse de que las baldosas están bien pegadas es fundamental para conseguir un buen resultado.
Si quieres asegurarte de que las piezas se pegan bien, puedes presionar con la ayuda de un paño suave sobre cada una de las piezas. Así la unión será la adecuada y evitarás las temidas burbujas.
Para que el resultado final sea el más elegante posible te recomendamos que la colocación siempre sea contrapeada. No pongas todas en la misma posición o el suelo perderá parte de su encanto, sobre todo si vas a poner un suelo que imite a la tarima.
En el caso de que el suelo sea de imitación de baldosas, entonces sí que deberán ir en línea para conseguir el resultado final que buscamos.
Cuando tengas todo el suelo instalado será el momento de colocar el rodapiés. Dependiendo de tus gustos, el rodapiés puede ser laminado o vinílico. Lo que está claro es que para conseguir un buen diseño es fundamental que el mismo siga la estética del suelo y que esté bien pegado.
Para que te hagas a la idea, el rodapiés vinílico destaca por tener un soporte específico, mientras que el laminado cuenta con adhesivo, lo cual facilita mucho el montaje. Es importante elegir una buena opción para obtener un buen resultado en la decoración de la estancia.
Tras conocer que la instalación es más fácil de lo que parece, queremos mostrarte un listado de características de este tipo de suelo. Así podrás darte cuenta de que realmente es una muy buena opción para tus intereses.
Y como hemos comentado en la parte superior, en la actualidad hay una gran cantidad de diseños entre los que elegir. Encontrar el modelo adecuado no te será complicado.