Si cada vez te preocupas más por el medio ambiente y además quieres reducir tus facturas energéticas, lo mejor que puedes hacer es dar el salto a la energía solar. Este tipo de energía es gratuita una vez realizada la inversión. Cada vez son más las personas que están dando el salto y nosotros te vamos a explicar cómo hacer tu propia placa solar. No te estamos engañando, te vamos a mostrar cómo hacer tu propia placa solar con la ayuda de unas latas de refresco de aluminio.
Pero, antes de nada, si no tienes tiempo para construir tu propia placa solar, siempre tienes la opción de adquirirla e instalarla tú mismo para reducir costes. En SolarPlak puedes encontrar una amplia variedad de placas solares entre las que elegir. Siempre debes fijarte en la potencia y características de la misma para comprar las que mejor encajan con tus necesidades. Ya que vas a realizar una inversión, hay que hacerla bien para obtener unos buenos resultados.
Parece mentira, pero el material principal para este sencillo briconsejo serán unas latas de refresco. En vez de tirarlas, solo las tienes que guardar para crear este proyecto. Cuando tenemos las latas en nuestro poder, solo hay perforarlas por la base y unirlas con un poco de silicona. Te recomiendo usar silicona de calidad que resista las temperaturas elevadas o la placa no podrá hacer su función. El aire caliente estará en el interior, es decir, no nos interesa usar silicona de mala calidad.
Tras perforar las latas, las ponemos todas sobre una caja de madera. A la hora de colocarlas tenemos que dejar la cámara al principio y al final de la columna. El objetivo es evitar que el aire no quede obstruido y la placa haga su función. Cuando están colocadas correctamente, es el momento de pintar todas las latas de negro. El objetivo es captar más los rayos del sol y en consecuencia conseguir que se caliente más. Tras pintar las latas de refresco es el momento de pintar el marco de madera de blanco y cubrir el frontal con plexiglass. Puede que no conozcas este material acrílico, pero en una tienda especializada no te será complicado conseguirlo. El objetivo es conseguir un buen aislamiento y conseguir una placa profesional que nos dure mucho tiempo.
Ahora es el momento de instalar un pequeño ventilador. Con uno de ordenador puede ser más que suficiente. El objetivo es conseguir expulsar el aire frío que hay en la estancia y conseguir que el aire caliente que hay en el interior de las latas entre en la habitación. Tras haber atravesado todas las latas, lo más seguro es que el aire se caliente y en consecuencia podamos conseguir que el aire que vuelve de vuelta tenga unos 20 grados más o menos. Todo dependerá de la intensidad que tenga el sol a la hora de calentar nuestra placa solar de latas. Por ese motivo te hemos recomendado pintarlas de negro para captar más la luz y conseguir un mayor grado de temperatura.
Si por cualquier motivo la opción anterior no te termina de convencer, otra manera de hacer una placa solar casera y reciclando materiales es la que te mostramos a continuación.
Para poderlas sacar partido, tenemos que limpiarlas correctamente y pintarlas de negro. El objetivo es captar el máximo calor para conseguir más calor en nuestro proyecto ecológico. Cuando las tenemos listas, es el momento de llenar las botellas de agua, dejando una cuarta parte de aire. Cuando están listas, es el momento de comprimirlas ligeramente con el objetivo de conseguir que el agua pueda llegar a tocar la tapa. Dicho esto, es el momento de unirlas a un cajón de cartón. Para obtener buenos resultados, tenemos que forrar los laterales y el fondo con aluminio. El objetivo es que ese material lance al interior de las botellas el calor que estamos buscando con esta pequeña placa solar casera.
Ahora que la pequeña placa solar está lista, es el momento de colocarla en el lugar adecuado. Si quieres sacarla el máximo partido, te recomiendo ponerla hacia el sur con una inclinación de 45%. Pasado un par de horas aproximadamente, el agua del interior de las botellas estará caliente. Una manera de obtener agua caliente cuando no queremos gastar gas o no podemos tener acceso al agua caliente del grifo.
Si buscas algo más profesional, puedes hacerlo, pero te costará más esfuerzo. En este caso tendrás que conseguir celdas solares. Para que te hagas a la idea, para conseguir un total de 12 voltios tendrás que tener a tu disposición un total de 36 celdas. Ahora solo debes hacer cuentas para ver cuanta potencia quieres conseguir y así adquirir más o menos celdas. Cuando las tienes, solo tienes que colocarlas como si fuesen baterías, es decir, hay que alternar polo negativo y positivo.
Cuando tienes todas las celdas colocadas sobre el panel de madera, aunque también puede ser uno acrílico, es el momento de pegarlas bien para evitar que se muevan. Puedes usar resina o incluso alambre para evitar que se muevan del lugar y la placa deje de hacer su función.
Ahora es el momento de conectar todo a una batería con un regulador para evitar que la misma se pueda recargar demasiado. Una sobrecarga puede provocar que la batería deje de hacer su función. Para evitarlo siempre tenemos que usar un buen regulador. Cuando tenemos la batería cargada es el momento de usarla. Pero para conseguir que funcionen nuestros aparatos eléctricos es importante usar un invertidor. Lo que hace este pequeño objeto es trasformar los 12 voltios que hemos conseguido de corriente continua en 120 voltios de corriente alterna. Es el tipo de corriente que se usa en casa y sin esa trasformación no podremos conseguir la energía que buscamos.
Como puedes ver, dependiendo de nuestros objetivos podemos hacer diferentes tipos de placas solares caseras. Son fáciles de hacer, divertidas y en muchas ocasiones nos pueden ser realmente útiles.